La celulitis consiste principalmente en un trastorno estético de la piel, provocado por una alteración del tejido adiposo. Se manifiesta principalmente en las mujeres y constituye una de las principales preocupaciones estéticas y de salud.
La celulitis se produce como consecuencia de la hipertrofia de las células adiposas que provocan una alteración vascular, de retorno venoso y del sistema linfático. Los líquidos extracelulares, las grasas y las toxinas que no han sido eliminados, se depositan en los adipocitos (células grasas), produciendo un aumento significativo del tamaño. Al aumentar su volumen comprimen lo que tienen alrededor causando una deficiente circulación sanguínea y linfática e impidiendo un correcto drenaje celular. Si eso continúa, la piel pierde firmeza y se vuelve flácida y débil. Esto provoca flacidez, varices, estrías, sensación de pesadez en las piernas y la conocida “piel de naranja”, visible en el exterior y que avisa de la instauración celulítica.
La celulitis se localiza sobretodo en muslos, glúteos, vientre y caderas. Si no se trata a tiempo corre el riesgo de cronificarse.